Han sido muchos meses de trabajo, de confidencias, de convivencias... pero creo que os gustará el reportaje que hemos recopilado de la que hemos titulado ¡La boda de mis sueños! y que seguro que al terminar de leer y de ver todo lo que han vivido en este tiempo y especialmente en su día Jacobo y Rosa, vosotros también diréis ¡La boda de mis sueños!
Los primeros logros empiezan a verse en el estudio cuando desarrollamos la imagen gráfica de la invitación, en la que ya anticipamos a todos como va a ser la boda: Clásica, y muy elegante. Nos deja intuir las raíces de la novia, cuyo padre era de Jaén.
En los dos meses previos a la boda tenemos que tejer todo un entramado de detalles que no pasarán desapercibidos a pesar de su sencillez y belleza. El color verde que hemos elegido para la invitación va a ser el detonante de todo, va a ser el color que prime y haga que todo sea acogedor.
La boda es en julio, va a hacer calor y además la novia quiere que todos tengan un detalle de la música que van a escuchar en la ceremonia, así que les vamos a obsequiar con un pai-pai a la llegada a la Iglesia, que cumplirá las dos funciones.
Se escoge un tema que les apasiona a los dos, "los árboles", esto nos permite que los invitados sean partícipes de todo, estarán sentados según el protocolo en un árbol determinado y al llegar a su mesa tendrán las características del mismo en el mesero. Acompañan también las minutas a juego confeccionadas con apertura para que la colocación en las mesas sea la más adecuada.
Tenemos todo preparado para el gran día.
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